Son las 8.30 pm y como cada día la tranquilidad invade nuestra casa.
La pequeña duerme y todo el bullicio de risas, llantos, ahhes, ma-mas, pa-pas, ta-tas y demás parlamentos dejan de escucharse. Las carreras reptiles e investigaciones gateras por el pasillo y las habitaciones han cesado. El piano deja de sonar y después del baño y la cena, al fin llega un tiempo de relax…
¿De relax? Bueno esa es la sensación inicial, pero en realidad es quitarse el delantal de madre para ponerse el delantal de casa y comenzar a preparar la cena, hacer la comida del día siguiente, recoger el salón de juegos, el baño, preparar la mochila de la peque, regar las plantas,… ¡ay! que hoy toca lavadora, ¡oh no! esa pila de plancha…suerte que esta semana papá nos puede ayudar así que se hace más llevadero…Y cuando te quieres dar cuenta es la hora de recogerse, que no sabes cómo será la noche y después te espera un largo día…
Sin embargo, este tiempo de relax- concepto relativamente nuevo en nuestra rutina- cada vez va teniendo más de relax, pues aprendes a organizarte mejor y distribuir las tareas de otra manera, pero sobre todo porque comienzas a valorar y reconocer que realmente de ese tiempo es del que tienes que sacar ese ratito para ti, ese que hace tanto que no encuentras… porque sino ¿qué será de ese espacio creativo que no para de maquinar e idear?, ¿qué serán de todas esas ideas bullendo en tu cabeza y sin posibilidad de realizarse?, ¿cómo relajarás tu mente y abrirás tu corazón sin escuchar y emocionarte con ese chelo que interpreta a Boccherinni, Saint-Säens o Vivaldi?, ¿cuándo harás esos ejercicios para mantenerte en forma y que la edad, las prisas y las malas posturas no te pasen factura?, ….
Hace unos días que por fin disfruto que son las 20,30, como disfruto cada minuto de juegos, risas y descubrimientos que hace mi pequeña en las horas previas, pero esta vez para cultivar mi pequeño rincón, por eso vuelvo a escribir y a crear, … esta vez para celebrar que ha sido Sant Pere y el «bestiari» de Reus anda suelto.
Esta año le ha tocado a la Mulassa, que como dice la cancioncilla es la compañera del gigante y va delante:
‘La companya del gegant,
la Mulassa, la Mulassa,
la companya del gegant,
la Mulassa va al davant.
La Vitxeta i el Vitxet
ara ballen, ara ballen.
La Vitxeta i el Vitxet
Ara ballen a pleret’
y con el método de aplicar telas sobre una camiseta para la peque
lo que aún no ha descubierto es que puede estirar de la cola y del cascabel 😉