Llegar antes,  es una de las normas de educación esencial cuando de quedar se trata… y la verdad es que harto complicado porque siempre surge algo a última hora que altera los planes iniciales.

Pero llegar mucho antes no sé como se consideraría… lo que sí que sé es que en cuestión de recién nacidos llegar MUCHO antes asusta y  mucho y si no que se lo cuenten a tantas madres y padres…

Esta es la historia de Paula, una pequeña que quiso conocer a sus padres antes de la fecha “pronosticada”. Fue en la semana 33, su madre rompió aguas y tras estar unos días en el hospital  intentando mantener al bebé dentro de su vientre, tuvo que nacer… pequeñita, frágil, rayando los temidos 2 kg, en incubadora… Vino tan pronto que cogió a todos por sorpresa, al padre desconcertado, a los abuelos ansiosos….y a la madre… temerosa, indecisa, insegura, triste…

Esta es la historia de Paula, y de su madre, que vió como sus planes ideales de cuidar a su bebé en Junio, con el buen tiempo, después de un parto del que ya ni se acordaría, se transformaron en una realidad bien distinta: una criatura que llegó antes de tiempo, que necesitó permanecer en la incubadora, a la que sólo se podía visitar en unas horas determinadas, que se quedó en el hospital mientras su madre- dada de alta- volvía a casa,  sin ella… ¡qué extraña sensación llegar a casa sin tu pequeña, sin tu tripota!, ¡qué duro!, ¡cuántos silencios dibujados en esa casa!…

Si ya no es fácil ser madre y menos primeriza, con todos los temores, inseguridades, generalmente rodeada de gente que tiene tan claro lo que hay que hacer, mientras tú te sientes tan inexperta,…, si además no tienes a tu pequeña, para admirarla, para fabricar ternura con el simple hecho de mirarla, tocarle la manita, besarla a tu antojo,  para consolarte cuando las alocadas hormonas- desatadas después del parto- hagan de las suyas, para conocerla y aprender qué quiere decir cuando llora, para crear ese vínculo madre-hija que te da la fortaleza y construye confianza y seguridad en ti misma, en tu instinto…

Esta es la historia de Paula y de sus padres, una historia con suerte, porque este tiempo en la incubadora pasará rápido, porque el nacer antes no tuvo más contratiempos y complicaciones que nacer pequeña y poco preparada para nuestro ambiente, pero SANA, porque lo que hoy se hace cuesta arriba, con ella en vuestros brazos será mucho más llevadero- que no sencillo- y para ello cada vez queda menos. Vuestra historia juntos ya ha comenzado, veréis cuántas aventuras, cuántos desafíos…

Por eso padres de Paula, no estéis triste, porque en breve disfrutaréis al 100% de vuestra pequeña ( y hasta tendréis que pedir auxilio- que 100% de vuestra pequeña es mucho-), disfrutad cada visita,  no penséis que la dejáis, pensad en que mañana volveréis a abrazarla, terminad de preparar sus cosas que probablemente os pilló por sorpresa y aún había cosas que acabar…Antes de lo que imagináis estaréis con vuestra pequeña en casa.

Bienvenida Paula, pequeña aventurera, curiosa e inquieta. Cuida de tus padres, mímalos, que han sufrido mucho este tiempo sin ti y ellos te necesitan tanto como tú a ellos, ayúdales a entenderte cuando llores, sonríeles mucho para que sepan cuánto les quieres…

Benvinguda Paula, ben trobats pares!

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