Érase una vez un sol «Sol solet», que se levantaba cada mañana para iluminar el día de todos los niños y mayores del planeta Tierra. Síi, este Sol solet es el mismo de la historia del otro día… si aún no la conocéis la podéis leer aquí….
Bueno como os iba diciendo… una mañana de esas que se levantaba, se lavaba con unas gotas de rocío y peinaba uno a uno sus rayos de sol, nuestro amigo Sol solet salió de casa para ir a trabajar. Cogió su maletín…¡ahhh, pero descuidó su sombrero! y cuando ya llevaba la mitad del camino recorrido, agotado y muerto de calor decidió pararse y pedir a las Nubes que se agruparan para poder sentarse y así descansar un poco.
Cada vez que el Sol se sienta a descansar, las nubes cubren el cielo, lo que nos da un respiro en los días de mucho calor… pero lo que pasó aquel día es que Sol solet estaba tan acalorado y cansado que pidió muchas Nubes para descansar…y comenzaron a aparecer Nubes de todas las partes del cielo y tantas y tantas llegaron que no había sitio para todas…
Al juntarse y juntarse, las Nubes empezaron a apretarse y a darse golpes sin querer… hasta que una se enfadó y empezó a gritar que no la empujaran, a lo que otra le contestó que ella no había sido… y en un momento se montó un barullo tremendo… Sí, sí no paraban de chillar (que en la jerga meteorológica se dice TRONAR), incluso saltaban chispas (también conocidos como RELÁMPAGOS) de lo enfadadas que estaban… Tan intensa fue la discusión que las Nubes más pequeñas empezaron a llorar y el resto contagiadas por el llanto dejaron caer sus lágrimas, por lo que no paraba de LLOVER…
El cielo se puso tan oscuro -casi negro- que parecía que se había hecho de noche en un momento.
Entre los truenos, los relámpagos y el chip-chop de las gotas, Sol solet que se había acomodado y quedado dormido entre las Nubes, se despertó de golpe.
Comenzó a abrirse paso entre ellas y el cielo se fue aclarando. De negro pasó a gris y finalmente la luz blanca del sol hizo acto de presencia. Mientras Sol solet se acercaba a cada una de las Nubes lloronas y las acariciaba y tranquilizaba, en el cielo se producía un espectáculo mágico: el ARCO IRIS, o ARC de SANT MARTI- como le llaman por aquí- que es algo tan sorprendente y formidable como un arco pintado en el cielo con todos los colores. Cuando este arco se dibuja en el cielo es seguro que en breve la Tormenta parará, la Lluvia cesará y el Sol volverá a brillar, pero esa es otra historia que en otra ocasión es contaré.
Colorín, colorado esta historia… ¡se ha acabado!