«Al jardín de la alegría quiere mi madre que vaya…» pero no precisamente para que te salga un novio, hija mía, por muy bonito que sea (que de candidatos ya has conocido en el grupo de lactancia), y tampoco es bien cierto que quiero que vayas.. sino digamos «que no queda más remedio»… porque después de disfrutar y vivir intensamente estos 5 inolvidables meses junto a mi pequeña floreta, se acerca el temido día de mi reincorporación al mundo laboral y lo que eso conlleva.

Hemos elegido a conciencia el jardín de infancia en el que pasarás parte de tu día a día sin nosotros. Sabemos que estarás en buenas manos, que aprenderás cosas nuevas, conocerás gente nueva, niños nuevos, como tú, que sólo serán unas horas… pero aún así ¿por qué duele tanto separarse de tí?, ¿por qué se me parte el alma al saber que lloraste cuando te diste cuenta que hoy ya no estábamos contigo y esa simpática señora a la que le sonreías inocentemente esta mañana?…

Ahora vuelves a estar en mi regazo, me sonríes, es como si me perdonaras lo que ha pasado esta mañana, probablemente ni lo recordarás… eres pequeña pero quiero que lo entiendas, porque se repetirá durante muchos días… no te abandono…,  te comparto con gente que te sabrá estimar… y mientras te digo todo esto y te acaricio y te acuno…., por dentro lloro desconsolada,  lloro de rabia por tener que elegir entre mi hija y mi carrera profesional y no encontrar una solución que satisfaga ambas facetas con un resultado equiparable, por tener que interrumpir este tiempo intensivo de conocimiento mutuo, de aprendizaje mutuo…

Había preparado con ilusión y mucho cariño «el ajuar» para la guardería… que si saco para dormir, bolsita para la ropa, para el almuerzo, personalizado la mochila y el forro polar, había marcado con tu nombre tu ropa…., pero qué poca gracia me ha hecho dejarte con todo ello…mientras  mi mente rabiosa me susurraba «ojalá no hubieras tenido que coserlo…»

ajuar_guarde

saco dormir

abriguito

Sé que se me pasará, que tendremos que acostumbrarnos, que papá nos ayudará a las dos a superar esta penita y que pronto formará parte de nuestra rutina y disfrutaremos del espacio que este tiempo nos creará para seguir creciendo… pero hoy tan pequeñita, tan ingenua, tan indefensa, tan solita… permíteme llorar, porque hoy me han cortado el hilo invisible que aún me ataba a tí, y aunque estoy cosiendo un elástico que lo sustituya… no será igual…